La actual situación de aislamiento derivado del estado de alarma por el coronavirus está cambiando nuestra forma de vida, relaciones y salidas con nuestros perros. Cada cambio nos trae asociadas cosas positivas y beneficiosas y cómo no, también aspectos negativos. Mi idea es analizar algunas de ellas para intentar mostrar otros puntos de vista que, aunque no compartas, me gustaría que al menos te hicieran reflexionar.
Hasta ahora, la sensación que hay de forma general por parte de la mayoría de las familias con perro es que están sufriendo una merma en estímulos y de actividad física y preocupa pensar cómo les puede estar afectando todo esto a nuestros perros. Sin embargo, yo que soy mucho de poner las cosas al revés pienso que el mayor cambio lo estamos sufriendo nosotros, no tanto ellos. Y sin embargo nuestros perros no se agobian tanto por nosotros y por nuestra falta de desgaste. Más bien lo contrario, seguro que si hablasen nos dirían que les encanta que estemos mas en casa y que en las ciudades podamos respirar mas aire puro.
Porque pensadlo: ¿Cuál es el cambio tan radical que están soportando?
Lo cierto es que, salvo excepciones, no han tenido tantos cambios: viven en la misma casa; están acompañados de la misma familia; se alimentan de la misma comida; tienen los mismos horarios de alimentación; comen la misma cantidad; pasean por la misma ciudad y por las mismas (o casi) zonas y parques. Llevamos horarios prácticamente idénticos en sus rutinas; las horas que pasan en casa mas o menos son las mismas (hay merma de tiempo de paseos pero porcentualmente siguen pasando la mayor parte del día en casa). De vez en cuando aunque sea a distancia, ven a su amigo favorito pasear; no tienen que pagar hipoteca; el gobierno no ha cerrado sus negocios al público; en casa tienen los mismos juguetes… Además, por si esto no fuera poco, ellos no ven la noticias ni tienen porqué agobiarse con la información continua del coronavirus en cuestión. Siguen viviendo en su mundo ideal (otros siguen viviendo su pesadilla). Por tanto, ¿por qué tanta preocupación?
¿Quizás estemos proyectando en ellos nuestras propias preocupaciones derivadas de todo este grave asunto?.
¿Algo no funciona ahora o algo no funcionaba ya antes?
Si en realidad fueran tan absolutamente necesarias el gran número de propuestas a realizar con nuestros perros para intentar compensar el cambio de escenario, me hace plantear dos cuestiones:
Quizás tendríamos que haber sido mas conscientes antes, en nuestra «normal» vida anterior, sobre aquellos aspectos y aptitudes a fomentar en nuestro perro que más adelante le pudieran facilitar la gestión de situaciones de cambio sencillas o incluso más complejas.
Visto de otra forma,
¿Qué hemos podido estar fomentando con nuestra anterior vida que llegado este punto está haciendo que su día a día se desmorone o necesiten tanta ayuda?
«Sí, pero es innegable que ha habido cambios»
Vale, es cierto. Con todo esto no digo que no haya habido cambios. Ni niego el derecho a que alguno lo lleve mal. Tampoco digo que, por muy perfectos que seamos los humanos (que no lo somos), podamos preparar a cualquier perro para todo. No somos tan buenos para ello. Ellos también tienen su personalidad y sus emociones y les afectará de alguna manera.
Hay cambios grandes derivados de coronavirus que pueden ser complejos y les puede afectar. Imaginad ejemplos como el fallecimiento de una persona y que deja al perro solo tras toda una vida con él. O imaginad cuando me dejan un perro de guardería por las vacaciones de su familia. Es perfectamente comprensible que será para ellos un momento complejo. El perro no sabe lo que está pasando ni por qué lo «abandonan» conmigo. Tampoco sabe si vivir en mi casa será provisional o definitivo. No entienden nada y es perfectamente comprensible que se pongan nerviosos y preocupados. Ante esas situaciones la solución no pasa por añadir altas dosis de estimulación, pasa por acompañar y calmar. Por suerte en el caso de la guardería, haciendo bien las cosas en uno o dos días van adaptándose y viendo lo positivo de la situación. La gran mayoría lo terminan disfrutando.
A los perros en tiempos de coronavirurs también les pueden afectar algunos de los cambios actuales. Quizás algo bastante importante para ellos dentro de la nueva situación sea el cambio en el aspecto de su vida social que ahora es nulo. Sin embargo no olvidemos que algunas otras cosas que les afectan podrían ser reflejos nuestros, de lo que estamos atravesando estos días, de nuestros temores y mayor tensión o de nuestros cambios a nivel comunicativo y de señales fruto de nuestro propio estrés. Incluso quizás a través de su olfato capten cambios internos en nuestra química debido al estrés.
Para algunos, que estemos más tiempo en casa también significará más control, más intervenciones, más riñas, más castigos, más noes, más chssss, etc.. En definitiva, mas estrés.
¿Por qué tantas propuestas de actividad para estos días?
Volvemos otra vez al punto de partida. Hay un nuevo escenario y una supuesta falta de estímulos y ejercicio. Por este motivo se han comenzado a plantear muchas propuestas de juegos y actividades. Todas ellas giran en torno a lo que debemos y es recomendable hacer para que el perro no se agobie demasiado. Pero sin embargo no nos pararnos a pensar y reflexionar con calma los motivos reales de este supuesto agobio cuando tales manifestaciones afloraron tan solo al segundo día de decretarse el confinamiento. Tampoco nos paramos a pensar si esas propuestas le van a afectar realmente de una forma tan positiva como pensamos el día de mañana.
Si realmente es así y todo esto les afecta tanto, quizás es ahora cuando deberíamos parar y pensar si todo aquello que traíamos de nuestra vida anterior tiempo atrás servía para lo que pensábamos. Mucho de lo que fomentamos como habitual y positivo para nuestros perros lo cierto es que termina fomentando aspectos negativos como el estrés, la híper-excitación o la inmadurez.
Volviendo al tema de las propuestas de estimulación, cuya finalidad no olvidemos es la reducción del estrés canino, hay que decir que muchas de ellas son propuestas y juegos interesantes, sin duda. Sin embargo hay que diferenciar de otras que pueden ser propuestas con cierta carga de activación, generadoras precisamente de ese estrés que quisiéramos atajar, bien por la actividad en si o bien por el planteamiento y la forma que se plantean al perro. Y todo ello luego hay que ponerlo bajo el prisma de cómo afecta a nuestro perro, pues cada uno es un mundo.
Conclusión
La idea que quisiera trasladar es que se intentemos pensar cada uno en sus propias circunstancias y si realmente la vida de nuestros perros ha cambiado tanto. También es bueno pensar en qué ha cambiado nuestra propia vida; lo que sentimos con todos estos problemas que se están generando y cómo todo esto puede afectarnos a nosotros y a nuestro compañero peludo. En función del análisis tendríamos que intentar despojarnos de todas aquellas cosas del pasado que no nos estaban sirviendo de mucho e intentar por otro lado añadir todas aquellas que sí ayuden a sumar a partir de ahora.
Los cambios en tiempos de coronavirus
He intentado resumir 4 de los puntos de cambio en el estado actual:
- Cambio de horarios y presencia en casa
- Cambios de estímulos en el exterior, sobre todo en grandes ciudades
- Cambios en los paseos e interacciones
- Aumento en los juegos/estimulación
Os los desarrollamos uno a uno estos puntos en nuestra siguiente entrada.